Yo empecé a hacerlo por un cúmulo de circunstancias, sin un motivo concreto, huyendo no se muy bien de qué.
Recuerdo que al principio me incomodaba intentar explicar el motivo que me hacía sacrificar horas de sueños, de descanso, de tener que hacer malabarismos para conciliar familia, trabajo y entrenamientos.
Más de ocho años después explico que corro porque no puedo evitarlo, porque me hace inmensamente FELIZ. Correr ha pasado a formar parte imprescindible de mi vida, un refugio donde pedir tregua cuando las cosas se empiezan a tambalear.
Muchos kilómetros después he descubierto que la magia de correr reside en su simplicidad, en su silencio, en su repetición. Una actividad tan sencilla que se convierte en una experiencia transformante.
No hay un solo día que me haya arrepentido de salir a correr, de madrugar para cumplir con el plan de entreno, que no me haya sentido orgullosa de haber superado mis excusas.
Correr me hace sentir libre, fortalece mi autoestima y carácter. Además, me facilita reiniciarme casi a diario.
Correr me permite exprimir el aquí al ahora, me ayuda a planificar el futuro, desligarme de la rutina y liberar tensión. Tomar distancia, conseguir una quietud emocional, evaluar con calma todo lo me pasa.
Correr me ayuda a crecer como persona, superarme a diario. Me hace mucho más creativa y tenaz.
Correr me llena de vida, de motivos para seguir aprendiendo. Mejora mis fortalezas, refuerza mis debilidades.
Correr supone un ejercicio de autoconocimiento, de indagar dentro mío, de estar a solas con mis miedos o mis sueños.
Correr me ayuda a dibujar retos, organizar mis pensamientos, a ser mucho más agradecida. Me llena de ganas de vivir.
Correr me ha cambiado la forma en la que miro al mundo, mi actitud antes las dificultades y la manera de educar a mis hijos.
Correr me ha permitido descubrir todo aquello que me hace vulnerable, aprender de los fracasos y celebrar los éxitos.
Correr me ha regalado conocer a gente maravillosa, conocer ciudades a golpe de zapatillas y participar en proyectos que me han hecho mucho mejor.
Y tú, ¿Por qué corres?