Hace años se decía hacer footing y hacer jogging, pero se logró erradicar estas palabras. Y ahora se ha puesto de moda el verbo to run y sus derivados, que se utilizan ampliamente. Sin ningún miramiento, se incluyen anglicismos de este tipo en alos nombres de clubes y equipos de corredores, en los artículos de revistas y periódicos, en los escritos de las webs y los blogs, en los foros de internet…Incluso en títulos de libros sobre las ventajas de correr, de autores autóctonos. En las redes sociales –Twitter y Facebook– son una constante que a mí me saca de quicio. Como si no se pudiera decir en un idioma propio.
Un paradigma son los nombres de las carreras. Cada vez hay más que están bautizadas de esta manera. En Barcelona, por ejemplo, se hará una nueva este mes de junio que se llama la Desigual Night Run. Les deseo mucha suerte, pero me pregunto si no hubiera sido mejor que tuviera un nombre más nuestro. Se podría suponer que la proliferación de carreras con nombres foráneos es para atraer a los extranjeros que nos visitan. Pues no. En poblaciones con nula tradición turística también ocurre este fenómeno.
Se me ocurren casi treinta carreras que tienen un nombre yanqui y seguro que en el calendario de carreras podemos encontrar muchas más. Un montón, insisto, en el calendario de España, no en el del Far West.