Psicología deportiva: cómo enfocar una maratón

Psicología deportiva: cómo enfocar una maratón

Enfocar una Maratón implica mucho más que correr durante varias horas. Conlleva un desgaste físico y mental para el que hay que prepararse a conciencia, ya no sólo para terminarla o lograr una marca, sino por recorrer la distancia de forma segura para nuestro organismo y sentir que disfrutamos a pesar de la dureza de la prueba.

Ya conoces las claves para mantener una buena adherencia al entrenamiento, pero ¿qué más hace falta para afrontar una Maratón? Compromiso, perseverancia y responsabilidad. En conjunto, representan principios fundamentales que guían y motivan nuestra manera de comportarnos. Suponen una extensión de la constancia cuando las ligamos a un fin, y es por ello por lo que ahora abordaremos la importancia de conocer cuál es nuestra motivación para proponernos este tipo de reto y cómo plantear el objetivo. Verás entonces cómo implicarte y persistir para lograrlo te parecerá más sencillo.

Dedica unos instantes a reflexionar acerca del motivo por el que quieres correr esta distancia, es decir, sobre tu significado personal. Es importante que exista una coherencia entre aquello que valoras hacer y lo que haces realmente ya que eso estimula tu compromiso para seguir en esa línea y no desistir.

Esta razón será la que nos ayude a entrenar y nos impulse día a día a esforzarnos por mejorar, es decir, regula nuestra motivación. Has de saber que este término proviene del latín “movere”, que significa mover. Por tanto, no es de extrañar que este estado interno nos impulse a realizar determinadas acciones y a persistir en ellas hasta su culminación.

Tener un objetivo o varios (marcarnos retos a corto plazo, que nos encaminan al principal, será más estimulante), nos permite aumentar nuestro rendimiento por cuatro vías diferentes:

  • Efecto dominó. Un objetivo bien establecido te ayudará en la consecución de otros relacionados. Es decir, asumirás también ciertos compromisos con las distintas áreas de tu vida (nutrición, descanso…).
  • ¡Sin excusas! Aumenta la probabilidad de que cumplamos con la programación. Ahora bien, el autoconocimiento es clave para permitirnos flexibilizar en función de nuestras necesidades. En ocasiones, parar o descansar será más beneficioso que entrenar a toda costa.
  • Adaptación a rutinas y gestión del tiempo. A veces encajar los entrenamientos con nuestro ritmo de vida ¡no es tarea fácil!
  • Aprendizaje de nuevas habilidades y conocimientos. Esto nos proporcionará una creciente confianza y seguridad en nuestras capacidades para afrontar este reto.

La responsabilidad tiene un papel clave en el planteamiento de objetivos para que sean realistas y sigan una evolución favorable. No lograremos perseverar en la preparación si no hemos planteado de forma sensata nuestro objetivo y no nos comprometemos con él y los pasos a seguir. Por supuesto, una falta de responsabilidad en este sentido nos puede llevar a presentarnos a una Maratón sin las condiciones adecuadas y terminarla o no, pero con más sufrimiento que gozo.

Veamos entonces qué necesitamos para determinar nuestra meta de forma responsable e incrementar las posibilidades de éxito:

  • Haz un balance de tu trayectoria. Sé consciente de tu historia deportiva para marcar tu posición inicial. Es decir, qué cualidades personales destacas como corredor y qué aspectos consideras que deberías mejorar.
  •  Identifica bien tu meta, ya que de esto dependerán tus expectativas.
  • Sé realista. Atiende tu momento presente, los recursos que dispones y también aquellos obstáculos a los que te enfrentas.
  • Planifica tus entrenamientos de forma coherente y en base al calendario. Contar con un entrenador puede ser una forma de simplificar y delegar esta tarea.
  • Tu vida es mucho más que correr. Gestiona tu tiempo de forma que exista un equilibrio entre la preparación y los espacios de trabajo, familia, ocio…
  • Busca apoyo en tu entorno cercano. Mantén un contacto estrecho con personas vinculadas al deporte y a otros ámbitos.

Algo fundamental a la hora de definir nuestro objetivo es cómo lo formulamos. Si lo hacemos de forma adecuada dispondremos de una potente estrategia motivacional para focalizar y movilizar nuestras destrezas personales.

¿Recuerdas las siglas SMART? Como te contamos, este acrónimo en inglés es un recurso nemotécnico que hace referencia a las cualidades o atributos que debe poseer todo objetivo: Específico, medible, alcanzable, realista y en un tiempo determinado.

Además, estos deben enfocarse al rendimiento y no tanto al resultado, estar formulados en positivo y abarcar las distintas áreas que en conjunto potencian nuestra ejecución (adherencia, cualidades psicológicas, resistencia, prevención de lesiones…).

Disponer de un diario de entrenamientos y registrar gráficamente nuestro progreso nos permitirá supervisar nuestra evolución y hacer modificaciones en la planificación si no estamos cumpliendo lo previsto y/o necesitamos adaptar el objetivo.

 

Artículo escrito por Andrea Martínez Monteiro en colaboración con Raquel del Águila Bravo.

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