La última comida del día anterior a una competición es igual de importante que el desayuno del mismo día “D” o incluso más. Cenar demasiado, algo que no sueles cenar nunca –experimentar- o cenar muy poco y levantarte con más hambre que el lobo de la Caperucita Roja puede ser contraproducente.
La cena del día anterior, si has ido siguiendo una buena pauta de alimentación, no debe diferir demasiado de la cena del día de antes –la del viernes- o de la cena que hagas normalmente.
Una buena cena sería:
Come sano y equilibradamente, una cena moderada y alrededor de 12 horas antes del inicio de la carrera. Ingerir algo de hidratos de carbono para terminar de rellenar los depósitos de glucógeno como un poco de pasta, patata o arroz, un poco de carne a la plancha para ingerir proteína y para beber agua, nada de vino o alcohol.
Y los últimos consejos que os doy:
– Evita alimentos ricos en fibra. Entre los nervios y la fibra… más vale no pensarlo.
– No beber demasiado. Un exceso de líquidos te provocará la molestia sensación de hinchazón en el estomago y dificultará conciliar el sueño.
– Prohibido experimentar. Ni probar cosas nuevas.