Estoy muy muy contento. Hoy no tengo nada que recriminarme. Me siento muy orgulloso.
El maratón de Londres, junto con Boston y Mueva Yor, reune a los top hasta el punto de que quizás haya el mismo nivel o más que en unos Juegos Paralimpicos.
El domingo salió un día perfecto para competir, con unos 10 grados en la salida, viento a favor casi todo el circuito y un cartel de lo mejor de lo mejor.
La salida fue en tromba y me situé bien. En el kilómetro 5 bajada peligrosa. Voy en sexto lugar. A partir de ahi me moví siempre entre los 8 primeros en los primeros parciales y buenisimas sensaciones.
Nunca habia aguantado tanto en este circuito, malo para mi, así que me encontraba muy motivado y quizás esa osadia de ir delante la pagué en el momento decisivo de la carrera.
En el kilómetro 20, el famoso Tower Bridge. Es el lugar donde siempre se produce el ataque… entro el 5º al puente y los cuatros primeros se van sin poder ni cogerle la rueda. Decido aflojar el ritmo y esperar que venga los de atrás para que me lleven hacia arriba. Creo que aquí fue mi error. Me adelantaron muy rápido y me sacan unos 10 metros. Intento coger la rueda del canadiense Cassidy y del japonés Yamamoto. En la curva frenan y veo como se va el grupo delantero.
Yamamoto, patrocinado por Catlike Japon, tira como un loco y me es imposible cogerle la rueda. Élñ si alcanza al grupo y yo paso a Cassidy. Me voy solo para quedarme en tierra de nadie hasta que por detrás me pilla el americano James Seppala. En el kilómetro 39 alcanzamos a Yamamoto y ya entre los tres nos disputariamos el sprint por el undécimo puesto. Yo soy el más lento y me clasifico en 13º lugar.
Mi tiempo lo dice todo ¡1:36'45! Mi mejor marca de las 6 participaciones en Londres. A sólo 4 minutos de los cuatro primero y 1min 40seg del grupo del 5º al 10º.
Feliz por este resultado y porque se que en Boston será mejor. Circuito idóneo para mi y me ha dicho mi entrenador que llegaré mucho más fino y bien que en estos dos primeros maratones.
Está claro llegué con mucho entreno a París, decidí apostar por un tubular lento pero seguro, ya que París cuenta con unos 6 km de adoquín y el no dormir nada por los ronquidos del mecanico no ayudaron.
En Londres, siendo un circuito malo para sillas por el mal estado del suelo decidí arriesgar por el Schwalbe Ultremo y en las bajadas… volé.
El lunes, descanso, viaje a casa y a entrenar sólo silla para llegar a Boston lo más fuerte posible.
¡Me he sentido atleta de nuevo!