Ragna Debats, la gran sensación del mundo de trailrunning

Ragna Debats, la gran sensación del mundo de trailrunning

Su amor por la montaña le viene de pequeña, cuando iba de vacaciones por Austria, Suiza o Alemania con su familia. Ella y su hermana, con el permiso de sus padres, se perdían por la montaña, siguiendo las trazas marcadas de cualquier ruta. A pesar de todo, empezó a correr de forma tardía. Antes se había dedicada a ser entrenadora de caballos. Aún así, Ragna Debats es la gran sensación del mundo del trail running. Holandesa de nacimiento, catalana de adopción, es la actual campeona del mundo. Y no se cansa de ganar. En un mes y medio, ha vencido la Marathon des Sables, ha quedado 2ª en la exigente Yading Sky Run y acaba de volver de La Palma con victoria en Transvulcania. No hay debate, Ragna es ahora mismo la corredora a batir.

“La experiencia de Pere me ayudó mucho de cara a preparar Transvulcania con todo detalle”

-Hace menos de una semana, has ganado la Transvulcania, tal y como hizo tu marido, Pere Aurell, en la edición del pasado año, 2018. ¿Es como cerrar el círculo familiar en la isla canaria de la Palma?

(Sonríe antes de contestar). Sí, la verdad es que sí. El año pasado, por estas mismas fechas, yo estaba corriendo e Mundial en Penyagolosa y Pere pudo ganar Transvulcania. Se trata de una carrera en la que siempre hay mucho nivel, es casi como un mundial de la especialidad. Pere me contó muchas cosas de la carrera y vi muchas imágenes del recorrido para poder prepararla bien, a conciencia. Tenía muchas ganas de poder correrla y ganarla es encima mucho mejor. Estoy muy contenta de mi victoria, creo que es una victoria importante para mí. Además, tuve muy buenas sensaciones durante toda la carrera. El único pero es que él no ha podido correr este año e intentar reeditar su victoria y lograr un doblete entre ambos. Al final, él me hizo la asistencia y me fue súper bien (admite, contenta). 

-Ganaste con un crono de 8:09:25 (con más de 15 minutos sobre la francesa Anne-Lise Rousset, 8:25:11) en los 74 kilómetros con 4.300 metros de desnivel positivo. ¿Cuándo fuiste consciente de que la carrera no se te escapaba de las manos?

La verdad es que durante buena parte de la carrera tuve la sensación de estar controlando la carrera. Es una sensación extraña que tienes cuando corres y que, en este caso, tuve incluso durante una buena parte de la prueba en la que no iba en 1ª posición. Rousset salió un poco más rápido que yo y decidí no seguirla, ya que creí que llevaba un ritmo demasiado rápido. Tras el primer control (Los Canarios), la diferencia se estabilizó en alrededor de 1 minuto. Tenía un control visual de ella. Tras el control del Pilar y hasta el Reventón, hay un tramo más llano. Allí apreté y al principio de la subida hacia el Pico de la Nieve pude pasarla. Ella iba con bastones, caminando fuerte, y yo corriendo. Pero pocos metros después de ponerme en cabeza, volví a quedar relegada a la 2ª plaza.

-La norteamericana Megan Kimmel te adelantaba en ese mismo punto de la subida…

Durante un buen rato, estuvimos intercalándonos las posiciones. Yo la pasaba, ella volvía a superarme… y así varias veces, sin dejarnos la una a la otra. Pero vi que tenía un punto más de fuerza que ella y apreté para tomar distancia y abrir hueco. A partir del Pico de la Nieve hasta el final, regulé mi fuerza para poder llegar a la meta de los Llanos de Aridane como ganadora. 

-Con este tiempo, terminaste la carrera en 11ª posición de la general, una prueba más de que en las pruebas de resistencia la diferencia entre hombres y mujeres es cada vez menor.

Sí, en las pruebas de resistencia nos acercamos mucho a los resultados y tiempos que pueden obtener los hombres. Sucede lo mismo, por ejemplo, en carreras rápidas de unos 15 kilómetros, ya que no hay mucho espacio para que nos puedan sacar mucho tiempo. Y esto es algo que se reproduce también a partir de carreras de 50 kilómetros. Las mujeres tenemos mucha resistencia y quedamos bastante arriba en la clasificación general.

-Y a todo esto venías de ganar, hace menos de un mes, la 34ª edición de la Marathon Des Sables de forma absolutamente autoritaria. Ganaste todas las etapas, con un tiempo final de 22 horas y 33 minutos (250 kilómetros en menos de una semana corriendo por el desierto. ¿Cuál fue la clave de tu buena recuperación?

Creo que estoy en un buen nivel de forma, y esto fue fundamental para poder recuperarme del esfuerzo exigido durante la Marathon Des Sables. De hecho, a la vuelta de Sables, tenía dudas de si viajar hasta China -una semana más tarde- para poder participar en la Yading Sky Run (prueba que forma parte de las Sky Run World Series). Y al final viajé a la China y no me fue mal del todo, ya que cuando volví del desierto me sentí con fuerzas para preparar esta carrera de 32 kilómetros que discurría en una altura entre los 3.000 y los 4.700 metros por la zona del Himalaya chino (Ragna terminó en 2ª posición, por detrás, precisamente, de la norteamericana Megan Kimmel). No tenía ninguna duda de que podría recuperarme bien del esfuerzo, aunque también tenía algunos interrogantes relacionados con el viaje. Estuve 48 horas viajando para volver a casa, y todo ello a una semana de correr Transvulcania. Es un cansancio duro para el cuerpo, con el cambio horario añadido, pero mi riesgo se ha demostrado positivo.

¿Cómo fue la experiencia de correr en Sables teniendo en cuenta que estás acostumbrada a correr por montaña y no por el desierto?

Se trata de dos superficies muy diferentes, pero, aunque parezca una contradicción, la forma de correr es muy similar. Me explico. El tipo de terreno te obliga a correr a unos ritmos similares a los que sigo cuando corro por la montaña. Hay algunos momentos en los que puedes correr mucho, ya que el recorrido es bastante plano y no hay grandes desniveles. La gran dificultad radica en gestionar toda la carrera, no sólo las distancias que debes correr (en una de las jornadas se completan 78 kilómetros, por ejemplo), sino también la alimentación, la diferencia de temperatura entre el día y la noche y, por encima de todo, correr con la mochila. Cuando arrancas el primer día, la mochila pesa un mínimo de 7 kilos (admite riendo, recordando la experiencia). Es algo que debes entrenar muy bien y, en mi caso, creo que la preparé a conciencia, como es debido.   Cerca de casa, hay una zona con un torrente seco y piedras. Entrené mucho por allí, en unas condiciones que se asemejaban a las que posteriormente me encontré en el desierto.

-¿La experiencia ha sido tan positiva que te planteas repetir?

(Medita un segundo antes de contestar rotundamente). Sí. No soy mucho de repetir carreras, porque hay tantas buenas y bonitas que prefiero probar nuevas experiencias, cambiar. Sin embargo, sí me gustaría poder repetir en Sables, ya que se trata de una experiencia muy bonita. Además, me salió muy bien todo, aunque incluso podría haber sido mejor.

-¿A qué te refieres?

Unos problemas y molestias que tuve en la espalda me hicieron cambiar de estrategia en la etapa larga de 78 kilómetros. Corrí de forma muy, muy tranquila. Tanto es así que estoy segura de que regalé más de una hora de tiempo. En realidad, quería aprovechar esta etapa para intentar colarme entre los 10 clasificados de la general, pero, al final, no pudo ser. Si vuelvo a Sables, será para intentar lograr estar dentro de ese Top10 que tuve tan cerca.

-Ahora mismo, eres la actual ganadora de los IAU (International Association of Ultrarunners) Trail World Championships tras tu victoria en Penyagolosa en 2018 y Pere es el actual campeón del Mundo en categoría Sky. Podemos decir que sois una familia de campeones.

(Sonríe de oreja a oreja en su rostro agradable). El año pasado fue un gran año para nosotros. Creo que tenemos suerte, somos afortunados de que nos guste el mismo estilo de vida. Nos gusta vivir para esto y preparar bien las carreras durante todo el año. Es muy bonito poder compartir todo esto juntos. 

-¿Cómo os lo hacéis con Pere de cara a conciliar la vida familiar (ambos tienen una hija, Onna)?

Cuando estamos en casa y Onna va al colegio, todo es mucho más fácil. Podemos salir a entrenar tranquilamente cuando ella está en el colegio. En el caso de los fines de semana, cuando ambos tenemos dobles entrenos, nos lo tenemos que combinar. Por ejemplo, uno de nosotros se despierta antes que la niña y hace la primera sesión. Después llega y desayunamos los 3 juntos y sale el otro. Cuando éste vuelve, comemos los 3 juntos nuevamente. Y después empieza la segunda sesión del que se ha despertado antes y cuando vuelve a casa, pues se repite la misma historia, nuevamente. Nos lo combinamos de la mejor forma posible, es nuestro estilo de vida. De esta forma, el día pasa muy rápido. Nos lo pasamos muy bien y la niña también. Tiene suerte de poder disfrutar momentos a solas conmigo, con su padre y también cuando estamos los 3 juntos, en familia. Lo tiene todo.

-¿Podéis entrenar alguna vez juntos?

Sí, alguna vez. No obstante, muchos entrenos los hacemos de forma separada, ya que somos dos corredores muy diferentes. Yo soy una corredora rápida por el llano, me sale más correr rápido, y en cambio debo trabajar más la potencia para subir montañas. En el caso de Pere, es todo lo contrario. Tiene una potencia bestial para subir, sube y baja muy bien, y tiene que practicar más la velocidad. Casi nunca coincidimos, solemos entrenar por separado y sólo concurrimos de vez en cuando.

-Varias veces has dicho que el año de reposo obligado por tu embarazo te cambió para bien, a nivel deportivo.

Anes de mi embarazo, no estaba tan centrada y entrenaba más por libre. Tras el nacimiento de Onna, empecé a aprovechar mucho mejor el poco tiempo que tenía para entrenar. Los entrenamientos pasaron a ser más cortos, pero más intensos, en lugar de pasarme muchas horas en la montaña corriendo. De hecho, noté rápidamente que tenía un efecto muy bueno, muy positivo, sobre mi rendimiento, y seguí ahondando en esta línea. Ahora mismo, por ejemplo, en lugar de hacer una salida muy larga una sola vez al día, divido el entrenamiento en dos partes y entreno 2 veces al día, con más intensidad. Es una forma de entrenamiento que descubrí tras el embarazo y que, en mi caso personal, me va muy bien.  

-Este año has cumplido los 40 años… próximos retos?

Voy un poco sobre la marcha, pero he hecho una selección de pruebas de distancia Maratón, un poco más cortas que las que voy a hacer el próximo año. No es sólo porque se trata de pruebas que me van bien, sino también las he escogido porque creo que esta distancia requiere una buena forma física y un buen punto de velocidad. Para mí, es un reto y voy a intentar hacerlo bien en esta distancia. También tengo en mente pruebas más largas, en esa idea mía que te comentaba antes de poder hacer carreras diferentes… como UTMB, Western States o Le Grand Traiel des Templiers, pero estos ya serían retos que afrontaría en 2020.

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