TODOS deberíamos saber hacer una tortilla de patatas. Un clásico de nuestro país que ahora confinado tienes tiempo de sobre para ponerte a probar. Un recurso con alimentos de primera necesidad que incluye todos los nutrientes necesarios para gozar de una buena salud. Y, si la haces con alguna verdura, ya sería lo más, pero te dejaremos que la acompañes con una ensaladita de lechuga y/o tomate para completar este magnifico plato.
Un clásico de nuestro país y un plato que nunca falla… ¿a quién no le gusta la tortilla de patatas? Bueno vale, algunos no les gusta con cebolla, pero hay gustos para todos.
La tortilla de patatas está compuesta de huevos, patata, cebolla y aceite de oliva. Los huevos son la mejor fuente de proteínas de origen natural que existe, las patatas son un ingrediente además de barato, que aguanta tiempo y tiempo y que además, es una gran fuente de hidratos de carbono, con la que no tendrás problema de consumir en caso de sufrir alguna sensibilidad al gluten. Seguimos. La cebolla es otro alimento que aguanta tiempo y que ayuda a que nuestros platos siempre estén más ricos. Una fuente de múltiples micronutrientes (vitaminas y minerales) entre los que destacar calcio, magnesio, cloro, cobalto, cobre, hierro, fósforo, yodo, níquel, potasio, silicio, cinc, azufre y bromo); y vitaminas (A, B, C y E). Y, finalmente, el oro líquido de nuestro país. Uno de las cosas que más deberíamos agradecer es el aceite de oliva; tenerlo y poder consumirlo en todas las comidas. La mejor fuente de ácidos grasos oleicos y de la vitamina antioxidante E.
Un mix de nutrientes con los que conseguimos una deliciosa tortilla.
Ingredientes de la tortilla de patatas
(Para 4 raciones según el hambre)
- 4 patatas (la idea es que por cada 100g de patata 1 huevo)
- 1 cebolla
- 6 huevos
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
Elaboración de la receta
Lo primero que haremos será lavar, pelar y cortar las patatas. Córtalas como si estuvieses pelando la patata con unas rodajas más bien finas para que no estés mil horas cocinando.
Continua con la cebolla (si la usas). Pela y córtala en trocitos muy pequeños. En daditos para que no sea molesta luego al gusto, ya que a mucha gente le resulta molesto encontrarse con los trozos de cebolla.
Pon abundante aceite en una sartén anti-adherente para freír la patata. Cuando esté pochita la patata, incorpora la cebolla, que al haberla cortado finamente, tardará poco en freír.
Cuando todo esté hecho retira del fuego y escurre el aceite que podrás guardar para cocinar otras cosas si no has usado temperaturas muy altas (osea, que no has quemado el aceite).
En un bol, bate los huevos e incorpora sal, y a continuación la patata y cebolla.
Limpia la encimera y la sartén empleada y vuelve a cogerla para acabar con tu receta. Engrásala de nuevo y vuelve a colocar la mezcla cuando esté caliente el aceite.
Ahora todo depende de cada uno. Si te gusta más o menos hecha. Si la vas a comer en una misma comida o la vas a guardar para el día siguiente. Fríe y cuando veas los bordes hechitos, coloca un plato por encima y dale la vuelta. ALEJADO DE LA VITRO, no vayamos a tener accidentes. Asegúrate que este hecha en cada lado y sirve. Disfruta esta receta … incluso con una cervecita bien merecida que son días difíciles.