Saucony Endorphin Pro 3: la prueba

Redacción Runedia

Actualizado a 06/09/2022 00:00 CEST

Llega la nueva edición de las zapatillas más cañeras de Saucony y de su gama Endorphin. Nos referimos a las Saucony Endorphin Pro 3, unas zapatillas que, tal y como su nombre indica, no están hechas para los corredores principiantes. Están hechas para los profesionales o corredores que buscan obtener el máximo rendimiento con el mejor calzado posible. Y argumentos no nos faltan: peso muy reducido, perfiles altos, drop de 8mm y lo más importante, placa de carbono. Si juntamos todo estos argumentos y les colocamos encima un corredor de peso ligero, con técnica y velocidad, los resultados pueden ser increíbles. Y decimos “pueden” porque en la ecuación hay algo que nos falla… Y no hablamos del tema peso.

Argumentos y motivos a parte, todo esto y mucho más es lo que nos ofrecen las nuevas Saucony Endorphin Pro 3. Para descubrirlas más a fondo, os dejamos con nuestra prueba después de unas cuantas tiradas.

Upper

El diseño del upper de las Endorphin 3 coge como base el de la Endorphin Pro+. Está fabricado por una única capa de engineered mesh con aspecto de rejilla favoreciendo la ventilación y minimizando el peso. El diseño es muy diferente al de las Endorphin Pro 2, en el que, además de la malla superior, la lengüeta es más fina y el contrafuerte del talón es más ligero. Todo ello con el objetivo de conseguir la mejor y más rápida zapatilla para usar en competición.

Tenemos el logo de la marca americana tanto en el lateral externo como en el interno, de mayor tamaño en la externa y con la parte superior en color dorado combinando con la franja que conecta la mediasuela con el upper. Si a esto le añadimos el color rosa/morado con la mediasuela blanca con el que Saucony promociona estas Endorphin Pro 3, no pasarán desapercibidas allá por donde pasen.

Rematamos el upper con unos cordones planos que se entrelazan a través de 4 ojales más uno superior pero con otro adicional en la zona más próxima a la puntera cosidos interiormente. Dichos ojales están reforzados con una franja termosellada para evitar la rotura.

Mediasuela

Lo que más salta a la vista de la mediasuela de las Saucony Endorphin Pro 3 es que es totalmente blanca, solamente presenta una franja de color dorado en la parte anterior, pegada al upper. Pero por lo demás, no tiene ningún elemento característico que se vea lateralmente, ni a simple vista… Excepto si la miramos por debajo, por la suela, cuando encontramos lo más interesante de este modelo de Saucony. A través de la suela, observamos la placa de carbono que se deja entrever en la zona media del pie, justo por debajo del arco plantar además de en la puntera, en al que la inscripción SPEEDROLL Technology, nos da la certeza de que cuenta con otra tecnología. Esta placa recorre toda la zapatilla de punta a punta y nos ofrece ese plus de reactividad al impactar nuestro pie contra el suelo.

Ahora bien, si lo más destacable es la placa de carbono, no podemos olvidarnos del compuesto de la mediasuela, el que acapara toda nuestra mirada. Se trata del PWRRUNPB, la mejor espuma que tiene la marca americana y que ofrece mayores prestaciones. En este caso, el PWRRUNPB se ha rediseñado para conseguir un retorno de energía, según apunta Saucony, del 91%. Y algo que se mantiene respecto a su predecesora son los 8mm de drop aunque, en esta ocasión, con mayores perfiles: 39.5mm en el talón y 31.5mm en la puntera.

Por último, y como ya habíamos mencionado, la geometría SPEEDROLL. Ésta tecnología trabaja junto a la placa de carbono para propulsar nuestra zancada hacia delante sin apenas esfuerzo, lo que nos permitirá correr a ritmos altos de forma más fácil.

Suela

La suela de la tercera edición de las Saucony Endorphin Pro es muy diferente a la que encontrábamos en su predecesora. En esta ocasión está compuesta por el caucho XT-900, un material de fabricación propia de Saucony que cubre gran parte de la suela. Eso sí, con un grosor de reducidas dimensiones para conseguir aligerar aún más el peso del conjunto. Como podemos observar, se encuentra cubriendo la zona del talón y la zona de la puntera pero no en su totalidad.

En la parte trasera está dividida en dos: el lado exterior presenta mayor cantidad de caucho que el lado interno, éste último en forma de triángulo dejando la espuma PWRRUNPB visible en el centro. Ambas partes con un patrón de líneas rectas. En la parte media de la zapatilla no encontramos suela, solamente hay espuma y además se deja entrever la placa de carbono. Por el contrario, en la puntera es donde encontramos mayor cantidad de suela, dejando solamente un hueco central en el que se ve la placa y la tecnología SPEEDROLL.

Otra característica que la hace distinta de la suela de la Endorphin Pro 2 es el hecho de que en la parte delantera desaparece el patrón tri-flex, aunque se mantiene la disposición de los tacos en forma de flecha.

Conclusiones

Tal y como iniciábamos con la introducción de la prueba de las Saucony Endorphin Pro 3, se trata de unas zapatillas para poder sacar el máximo rendimiento de las cualidades del corredor pero sobre todo de las últimas tecnologías que Saucony posee en su gama de running. El engineered mesh del upper, super ventilado, con el que será difícil pasar calor aunque nos encontremos en pleno verano y con el que estaremos cómodos durante todo nuestro entrenamiento gracias a su sujeción. El PWRRUNPB en la mediasuela que nos ofrece una amortiguación y reactividad sin igual para impulsarnos, como dicen en una película, “hasta el infinito y más allá”. Y la suela en base al caucho XT-900, que a pesar de ser muy minimalista, proporciona un excelente agarre sobre el asfalto junto a una tracción para poder quemarlo con ritmos rápidos.

La comodidad al llevarlas puestas. La ligereza que se palpa des del primer segundo con tan solo tenerlas en las manos. La sujeción que notas cuando aprietas los cordones y estás listo para salir a exprimirlas en el asfalto. Todo el conjunto de las Saucony Endorphin Pro 3 parecía que estaban hechas para una sola cosa: volar por encima del asfalto.

¿Pues qué queréis que digamos? Objetivo cumplido.