Sonríe, correrás más

Sonríe, correrás más

Quizá te pasó por alto mientras mirabas el Breaking2 de Nike o quizá te sorprendió. Lo cierto es que hacia el final de la prueba, cuando las piernas ya empezaban a pesar, Eliud Kipchoge iba sonriendo (algo forzado, es cierto) mientras corría a menos de 3 el mil. ¿Por qué?

Un reciente estudio de la Universidad de Ulster encabezado por Noel Brick quizá le dio “información privilegiada” (o quizá los cerebros de Nike ya intuían por dónde iban los tiros). El caso es que se ha demostrado que sonreír mientras corremos mejora la economía de carrera en más de un 2%. Y esto es suficiente como para ponerlo en práctica, de verdad.

En el citado estudio, los voluntarios tuvieron que correr con distintas órdenes: sonriendo, frunciendo el ceño, relajando las manos (como si sujetaran una patata frita entre el pulgar y el índice sin romperla) o con su estilo propio. Curiosamente, fruncir el ceño no empeoraba la economía de carrera, simplemente producía los mismos resultados que correr con las manos relajadas o con el estilo propio.

Aunque es cierto que hacen falta más estudios para demostrar la validez de los resultados, la sugerencia está ahí. Sonreír (intentando que no sea sólo en la comisura de los labios sino también alrededor de los ojos), implica un estado de relajación y esto puede disminuir la actividad del sistema nervioso simpático. Este sistema es el implicado de acelerar el pulso y la tensión en los músculos; es decir, si reducimos su actividad nuestro pulso puede disminuir ligeramente y nuestros músculos estar menos tensos, lo que se traduce en un estilo de carrera más fluido y económico. Suficiente para intentarlo la próxima vez que salgas a correr, ¿no?

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