La jornada del jueves en Chamonix fue para la distancia corta. Y disculpen que me refiera así a una carrera de 55 kilómetros en la que el común de los mortales tardaría cerca de 10 horas en completarla. Pero así estamos. La OCC, acrónimo de Orsières – Champex – Chamonix, se ha convertido en una de las pruebas más prestigiosas del programa de UTMB. Con salida desde el famoso municipio del cantón de Valais, Suiza, el trazado en esta ocasión presentaba ligeros retoques respecto al año pasado. Cambios no muy radicales, pero que hacían de este itinerario un recorrido algo más rápido al eliminarse zonas técnicas. Y se notó. En el cajón de salida, 1730 corredores. Entre ellos, una bestia nórdica llamada Stian Angermund.
Stian es como los mapaches. Su capacidad de adaptación al medio en el que se le pide sobrevivir es asombrosa. Por eso el tipo tan pronto gana sobre el barro de Zegama que bajo el asfixiante clima tropical de Tailandia. Y también en plenos Alpes, faltaría más. Decían algunos de los expertos que hoy, en la OCC, la carrera solo podía perderla él. Quizá algo exagerado viendo la pléyade de atletas que le acompañaban en la línea de salida. O tal vez no, porque, como ha quedado demostrado, Stian si ejerce de favorito se comporta como tal y no suele defraudar.
Y eso que ya durante el primer tercio de carrera el chino Yousheng Guan lanzó su ataque y se marchó en solitario. Pero iba de farol. El típico órdago de los ultreros asiáticos que siempre termina en nada. Esta vez no fue ninguna excepción. Además, el tipo recortaba sin pudor en las esquinas y se salía del sendero, lo que está penalizado por reglamento. La organización no tomó decisiones.
Mientras, los españoles andaban rezagados y lejos de las posiciones de cabeza. La presencia de la delegación española en la OCC fue numerosa: Antonio Martínez –segundo en 2022–, Dani Osanz, Jan Margarit, Dani Castillo, Mario Olmedo, Dimas Pereira, Pere Rullán… En el cuadro femenino, las bazas nacionales estaban en manos de Nuria Gil –segunda en 2022– y Anna Comet.
Al paso por la Col de Balme, cerca del kilómetro 30, en la frontera geográfica de Francia y Suiza –y desde donde se disfrutan de unas vistas panorámicas envidiables del macizo del Mont Blanc–, Stian Angermund ya se destacaba como líder. Antonio remontaba posiciones y se acercaba al top-5, y Nuria Gil trataba de hacer lo propio ante el empuje de las corredoras norteamericanas, entre ellas Katie Schide, vencedora de UTMB 2022. Como líder entre las chicas marchaba la sudafricana Toni McCann, ganadora de la modalidad Volcanes de Transvulcania en el mes de mayo.
En el último tercio del recorrido sucedieron muchas cosas pero el margen fue insuficiente para las grandes sorpresas. Stian Angermund, curtido en el frío de Noruega, bajaba con zancada firme desde La Flégère, a poco más de 4 minutos el kilómetro, casi nada. Su crono en meta, 4:42:40, fue al final más ajustado de lo que parecía en principio. Y es que en segundo lugar llegaba el italiano Francesco Puppi con 4:44:58, y en tercera posición, remontando una vez más, fiel a su estilo, Antonio Martínez, 4:45:19.
En categoría femenina la sudafricana Toni McCann también supo gestionar con inteligencia su ventaja y se coronó campeona sin sufrir. Mostrándose muy sólida durante toda la carrera, entraba exultante en la recta de meta de Chamonix marcando un tiempo de 5:18:21. Casi diez minutos de colchón sobre Katie Schide (5:26:25), que este año optó por correr 100 km menos y tampoco le ha ido mal, y sobre la china Miao Yao (5:27:07).