Turismo runner: Piemonte, Italia

Turismo runner: Piemonte, Italia

Con el cambio de año y el calendario laboral en mano, creo que lo primero que hacemos todos los trabajadores en activo es controlar los festivos, puentes, vacaciones…

¿Estáis planeando un viaje? ¿Qué es lo primero que ponéis en la maleta cuando salís a descubrir  mundo? Imagino que, al igual que yo, las zapas y todo lo necesario para salir a correr. Y luego, en el espacio que quede disponible en la bolsa, pues el pijama, neceser y la ropa de mudar que quepa, en este orden. Las prioridades son prioridades…

Acabo de pasar 6 días en una pequeña ciudad al lado de Turín, en el norte de Italia, en la región del Piemonte, donde el clima es continental, más frío que en mi ciudad, mediterránea. Turín está al pie de los Alpes, y se nota.

Esta es una zona que combina a la perfección lo llano con la montaña, con una magnífica red de carriles-bici que ya quisiéramos para nosotros, de uso compartido con transeúntes, muy adecuado para hacer kilómetros y kilómetros, separado del tráfico rodado, sin un sólo semáforo y con un paisaje variado y el clásico olor de campo -no siempre, precisamente, perfume de hierba fresca, todo hay que decirlo- y con las montañas nevadas como telón de fondo, destacando la majestuosidad del Monviso. Precioso.

Al estar de vacaciones, y contrariamente a lo que tengo que hacer como rutina diaria para compaginar entrenos, vida laboral y vida familiar, no he tenido que madrugar para salir a correr; me he mimado mucho, tratándome muy bien y cada día he aprovechado las horas más cálidas de la mañana para salir a rodar, aún así, el termómetro oscilaba siempre, inclemente, entre los -3º y 2º, pero con un cielo claro y limpio, sin una nube en el horizonte y un solecito muy agradable.

Y por lo visto, para no morir congelados, lo mismo hacían todos los runners de la zona, que son bastantes menos de los que se pueden ver correr en Barcelona. Pero a diferencia de lo que sucede habitualmente en mi ciudad, he podido constatar que allí, la mayoría de las veces, al cruzarte con otro corredor acostumbran a intercambiar un “ciao” y/o saludar con la mano.

Probablemente, al estar de vacaciones e ir disfrutando de una ruta y unos paisajes nuevos, mi humor y emotividad también estaban en un momento álgido, bien receptivos, pero de veras que estos saludos compartidos me han llegado al corazón. Quiero justificar que en mi ciudad no se haya instaurado esta costumbre porque somos muchos y no pararíamos de saludar! Y durante unas series, ya sería para morirse!

Otra cosa que me ha llamado la atención en mis salidas por “otros derroteros” es la diferente percepción del entorno que, por lo menos en mi caso, se tiene al ir corriendo o al ir andando. Como dice la canción de Héroes del Silencio, “las distancias se hacen cortas”… Sales a rodar con la idea de hacer 12 km y paso a paso, vas impregnándote del paisaje, ahora el río al lado del camino, ahroa el prado, las montañas... y en nada, ya tienes que volver atrás. Ya has devorado los kilómetros planeados, tanto con las piernas y como con la vista, el olfato.

Pero luego, en alguna ocasión por la tarde, paseando, he vuelto a recorrer el mismo itinerario, y me ha parecido distinto. Otro camino. Las sensaciones son distintas y la perspectiva también. Al ir andando, he descubierto otros detalles que no he visto corriendo y viceversa. Experiencias complementarias.

Pues así, en 6 días, mis Skechers GoRun Ride 5 han podido sumar 74,5 km fuera de nuestras fronteras y ya me están pidiendo que las saque de nuevo a descubrir nuevos horizontes.

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