Bolt es el referente del atletismo mundial y el gran protagonista de este campeonato. Busca tres oros (100m, 200m y 4×100) y hasta le ha salido un clon en el Estadio, una marioneta que hace de icono y eslogan del Jamaicano. Sus números son de antología y de seguir así superará pronto a Carl Lewis y sus 10 medallas (8 oros, 1 plata, 1 bronce).
El jamaicano es un auténtico ídolo en todo el mundo. Bolt vende Atletismo, con mayúsculas, y llena los estadios en los que compite. Sus ingresos son incluso superiores a muchos futbolistas y su nombre aparece en la lista Forbes de los 100 deportistas mejor pagados. Hasta en esto el plusmarquista mundial de 100, 200 y 4×100 es excepcional, pues normalmente la economía de la mayoría de los atletas, incluso de los de primer nivel, suele ser de andar por casa en el mejor de los casos.
En España, la mayoría de nuestros atletas están en una situación de desamparo casi total por las pocas ayudas que recibimos. Recorte significativo de becas, desaparición de competiciones, desaparición de clubs. Esta es la realidad: atletas que sufren cada día para poder entrenar, con mucha ilusión pero con muy poca o nula recompensa.
Tengo amigos que tienen que compaginar atletismo y trabajo por que no llegan a fin de mes. Y en los últimos tiempos he visto como algunos atletas de talla internacional han dejado de recibir incluso el material deportivo quel as marcas comerciales les suministraban como parte de la promoción.
Madrid 2020 puede ser vital. La esperanza de que el día 7 de Septiembre en Buenos Aires aparezca en las pantallas el nombre de Madrid como sede olímpica 2020 podría ayudar, y mucho, a nuestro paupérrimo deporte. Supondría un nuevo desafío y una motivación extra para los atletas españoles, las empresas e instituciones apostarían más por este sector, y los deportistas podrían ser mucho más profesionales. Los resultados llegarían, entonces, porque a los españoles no nos falta ni talento ni competitividad para estar siempre entre los mejores. O al menos para poder intentarlo.
