Correr es correr, tener los dos pies en el aire en algún momento, a veces imperceptible, y esta es la diferencia fundamental con andar. Andar, para un corredor, es sinónimo de no poder más, de reventar, casi rozando la «vergüenza». Si tratamos de alejar ciertos clichés de atleta-correr vs paseante-andar puede que encontremos la utilidad de andar al salir a correr.
No vamos a entrar en la discusión de que una maratón en ocho horas no es correr y que es insano. Tampoco en el de que por debajo de x minutos por kilómetro no es correr. Vamos a abrir un poco la mente y buscar cinco usos inteligentes de andar cuando salimos a correr.
1. Andar en trail running
Andar en trail running no es que sea aceptado es que es consustancial a esta actividad. No se entiende el trail running sin secciones andando y excepto en casos concretos se anda siempre en competiciones de trail running. Y dado que es parte de las competiciones es algo que hay que entrenar. Sí, amigo atleta de asfalto y pista, se entrena andar y la diferencia entre quien sabe andar bien y rápido es abismal, y eso son minutadas y no pocas. Tiene hasta nombre: caco, caminar-correr. No se han exprimido las neuronas estos trail runners.
Se aplica también a pruebas de larga distancia, no necesariamente por montaña, donde el cronómetro no es el desafío en sí sino completar la distancia o el tiempo propuesto.
2. Andar al empezar a correr
Si los estiramientos son para ti como las balas de plata para el Hombre Lobo andar es una buena opción porque son un buen calentamiento. Trotar unos metros, andar a buen ritmo, arrancar a correr de nuevo y volver a andar —tiempos y distancias a tu gusto— es una buena forma de calentar y preparar al cuerpo para correr de continuo. También la mente, es una forma bastante natural de hacer la transición entre oficina-culo plano-ordenador a corredor-movimiento-acción. En este caso la utilidad de andar al empezar a correr es porque es una transición en la que puedes regular con la temperatura que haga fuera y especialmente si sales en subida donde le exiges al cuerpo quizá un poco demasiado para empezar.
3. Andar reseteando tras lesión
En ocasiones las lesiones te paran en seco por recomendación médica o por autoconvencimiento. A veces hay que empezar de cero y con dudas y molestias andar puede ser una forma de distinguir la evolución de una recuperación, comenzar a la actividad muy paulatinamente alternando poco a poco alternas correr y andar aumentando cuando el cuerpo te lo pida las partes de andar hasta que consigas correr de nuevo lo que desees. La proporción en ocasiones es tanta como 20/80, un minuto corriendo y cuatro andando, y cuando la lesión es lo suficientemente seria y larga hasta algo así puedes agradecer en tu recuperación el volver sentirte poco a poco corredor de nuevo.
4. Andar para ser corredor
En ocasiones gente con experiencia recomienda empezar con 30 minutos a gente que quiere empezar a correr. ¿Realmente estos corredores experimentados son conscientes de lo que es correr media hora para alguien que no corre desde que iba a bachillerato? Posiblemente tras unos días de sufrimiento acabe dejándolo y el aspirante a corredor se quede en eso.
Anda y corre, como pida el cuerpo, hazte amigo de correr de una forma paulatina, sin dolores, sin dejarte la piel, precisamente para convertirte en un día en corredor pero los comienzos no deben ser dolorosos, especialmente los comienzos porque pueden causar rechazo. Alterna correr y andar, andar y correr, durante el tiempo que quieras y seguro que poco a poco irás aumentando las secciones de correr respecto a las de andar hasta que un día conseguirás correr esos 30 minutos de una forma natural y paulatina.
Aquí te ofrecimos unos consejos hace un tiempo.
5. Andar para envejecer mejor
La edad no perdona y correr es doloroso. Ambas son directamente proporcionales y cuanto más te duele el cuerpo, más rígido te sientes, más pereza te va dando entonces más sentido tiene andar a tramos, sin vergüenzas ni leches, se trata de avanzar, de retrasar el anquilosarnos y seguir disfrutando de correr lo que se pueda. La utilidad de andar al correr aquí roza la necesidad pero bien entendida: anda para recomponerte, recuperar un poco el resuello y ver lo que te rodea un poco más despacio, y cuando lo consideres, arranca a correr de nuevo. Alterna a tu gusto como y cuando consideres, tú sabrás mejor que nadie cómo hacerlo. Prácticamente todos dejaremos de correr algún día porque el cuerpo no da más de sí pero andando a tramos podemos retrasarlo, seguir sintiéndonos activos, darle vidilla al cuerpo y despejando la mente por el camino.
Utilidad de andar al correr… sin prejuicios
Alguno cree que andar es un demérito. Déjate de prejuicios. Te hemos presentado unas cuantas utilidades y como ves la mayoría de los consejos (¿se te ocurren más?) están relacionados con la salud. Porque dorsales, competitividad y marcas aparte, correr para la mayoría es salud, andar puede ser una solución útil y no debe despreciarse. Pero también te debes quitar algún prejuicio o ese tonto miedo del qué dirán. El día que prohíban andar con pantalón de correr hablamos, pero mientas tanto, tenemos en parte en nuestra cabeza de corredores que está proscrito.