Vladimir Kuts: el soldado sufridor

Vladimir Kuts: el soldado sufridor

Vladimir Kuts (Aleksino, 1927 - Moscú, 1975) era hijo de obreros ucraineses. Se enroló en el ejército rojo a los 16 años cuando su ciudad fue invadida por el ejército alemán. De hecho, se encontraba de camino a la escuela de artillería cuando su tren fue bombardeado por los nazis. Incluso le dieron por muerto, pero ya entonces demostró su instinto de supervivencia. Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial en 1945 ingresó en la Marina y empezó a correr. Su talento natural no pasó desapercibido y el entonces célebre entrenador Leonid Khomenkov empezó a conducir su carrera.

Después de varios años de duro entrenamiento, Kuts irrumpió en la escena mundial en 1953, pero sobre todo un año después, cuando ganó el Europeo de Berna con récord del mundo de 5.000  (13'56.6), al derrotar sorprendentemente al gran Zatopek. Su progresión continuó en los siguientes años. Cambió de entrenador (Gregory Nikiforov), con el que aún aumentó más la dureza de los entrenamientos, especialmente con agónicas series interválicas. A Nikiforov le entregó el control de su vida y éste le convirtió en campeón, pero con terribles daños colaterales.

Juso antes de los Juegos de Melbourne (1956), donde se consagró como el mejor atleta de su tiempo, Kuts se estrelló con su coche y terminó en el hospital. Todo quedó en un susto. Pero no fue su único contratiempo porque ya entonces empezó a mostrar problemas de salud: su pulso en reposo era 120, su presión arterial alta y le detectaron soplos cardíacos. Sin embargo, después de un relajante paseo en barco de 16 días, fue declarado apto para competir.

En la cita australiana ganó el 10.000 con autoridad, pero siguieron sus problemas: se encontró sangre en su orina después del citado triunfo. Entonces se planteó seriamente renunciar al 5.000, pero un oficial soviético le prometió una pensión vitalicia de general si corría. Tomó la salida y, por supuesto, ganó.

Después de los Juegos, pasó una revisión y el médico se sorprendió por su estado: labios azules, rostro pálido y, nuevamente, pulso rápido. Le aconsejaron tomarse una pausa larga en su carrera deportiva, pero Kuts sólo quiso descansar un par de meses. En 1957 recuperó el récord del mundo de 5.000 que había perdido. Fue en Roma y marcó 13'35. Después de ese descomunal esfuerzo, tuvo que ser evacuado en camilla y llevado al hospital, donde ingresó con algunas fracturas. Sus problemas no se detuvieron ahí. Le diagnosticaron "un aumento de la permeabilidad de los capilares venosos y linfáticos", un problema que arrastraba desde 1952, cuando cayó en agua helada y sufrió síntomas de congelación.

No había ninguna duda. La salud de Kuts estaba pagando las consecuencias de la férrea disciplina a la que le sometió su entrenador. "Nikiforov era como un verdugo. Yo estaba decidido a dejarme el cuerpo y el alma para convertirme en un soldado capaz de soportar cualquier esfuerzo”, confesó el fondista unos años más tarde.

Finalmente anunció su retirada en 1959 y buscó en el alcohol la solución a sus problemas de salud. Decían que incluso llegaba a beberse 15 botellas de vodka en tres días. Pero, afortunadamente, lo dejó a tiempo y se convirtió en un entrenador de éxito: fue el mentor de Afonin para que éste pudiera romper el  récord de 10.000 metros de la URSS que el mismo Kuts poseía. En agosto de 1975, tomó unas pastillas y murió mientras dormía. Sólo Tenía 47 años. Nunca se estableció si su muerte fue un accidente o un suicidio. En cualquier caso, su carrera ejemplifica a la perfección que el deporte de élite, llevado hasta las últimas consecuencias, puede ser muy perjudicial para la salud.

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