Wilson Kipsang, la constancia del granjero

Wilson Kipsang, la constancia del granjero

Wilson Kipsang, flamante plusmarquista mundial de maratón con 2:03.23 horas en Berlín, procede de una familia keiyo afincada en una de las zonas bajas del Rift Valley, a tan solo mil metros de altitud. El joven Wilson se dedicaba a vender los excedentes de la granja familiar entre sus vecinos del Kerio Valley, y a correr a salto de mata en un entorno demasiado cálido para practicar larga distancia.

Kipsang no lograba destacar entre sus rivales kenianos ya que sus entrenamientos no eran constantes. Tampoco soportaba las tiradas en grupo en Itén, a dos mil metros de altitud, y sus resultados a nivel local no destacaban.

Itén es una de las capitales del fondo mundial, el lugar en el que se han formado atletas como David Rudisha, Vivian Cheruiyot o el ugandés Stephen Kiprotich, campeón olímpico de maratón en Londres, y campeón mundial en Moscú esta temporada. 

Kipsang no logró correr 200 kilómetros semanales y probar su enorme talento hasta los 25 años, debutando en el maratón de París 2007 con un resultado prometedor, tercero con 2:07.14.

Pero su objetivo era más ambicioso. Había visto en televisión a Paul Tergat, su vecino de Kabarnet, batiendo el récord mundial de maratón en Berlín 2003, hace ahora una década, y soñaba con protagonizar una hazaña similar. Con 31 acaba de lograrlo, y en Berlín.

La gesta de Tergat inspiró al joven Wilson a convertirse en el maratoniano más rápido de la historia, sucediendo por 25 segundos a Patrick Makau. Medallista de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres, Wilson Kipsang  es no solo el más rápido sino uno de las maratonianos más consistentes de la historia, con cuatro carreras por debajo de 2h05: 2:04.57 en Frankfurt 2010; 2:03.52 al año siguiente también en el mismo recorrido; 2:04.44 en el maratón de primavera en Londres 2012  y 2:03.23  en Berlín 2013.

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